LA MUSICA DE NUESTROS AÑOS MOZOS

... por MONCHO ALBA
Tras mi primera prueba con el escrito en mi blog (el que sepa entrar en él que me lo diga, pues ahora no tengo ni idea de cómo hacerlo) sobre “Los tonos de mi móvil”, me atrevo a escribir sobre la música de nuestra juventud.
No dudo de que, a pesar de los años que tenemos, todos seguimos sintiéndonos jóvenes, pero por poner unos límites, entenderé como los “años mozos” el periodo comprendido entre los 10 y los 30 años de nuestra vida.
¿Habéis pensado en que hemos vivido en nuestra juventud, los mejores años de la música llamada “moderna”?. Pues así es, hemos vivido el nacimiento de todos los estilos de música que han sido el soporte de lo que hoy suena y que fue de tal calidad que, después de tantos años, aún continúa oyéndose y gustando a la gente joven.
La denominada “música de los 60”, es el referente de toda la música moderna y es en esa década cuando se revolucionó todo el mundillo musical convirtiéndose en un potencial económico de muchos países.
Esto no es una “Historia de la Música Moderna”, que hay muchas editadas y por supuesto corregidas para no confundir al personal, por eso de que se ganan alguna pasta con esos libros. Esto no es más que lo que yo recuerdo de la música moderna del periodo 1.957 a 1.977, ya que prácticamente en esos años abarca la mejor música moderna que existe, aunque quizás, años antes del tope establecido, se veían síntomas de lo que tenía que llegar.
Supongo que sabréis perdonarme los fallos de algunos de los datos que indico, errores de todo tipo, como cambios de fecha y cosas de este estilo y sobre todo omisiones, se me van a olvidar montones de nombres que luego me arrepentiré no haber citado. Además, esto lo escribo “a tajo”, es decir me pongo por la mañanita a escribirlo y a ver si para la hora de comer lo tengo acabado, pero con tanto nieto esto no es posible y necesitaré varios días, aprovechando cuando ellos no están.
Yo sólo pretendo plasmar los recuerdos que tengo de la época y quizás a alguno de vosotros también le sirva para refrescar los suyos.
Tampoco me he dedicado a investigar muchas cosas y datos por internet (en este pueblo va fatal), cosa que hice lo menos posible y, eso sí, me ayudé de un fichero, en el que figuran las 100 mejores canciones de cada año en Estados Unidos, que al menos me sirvió para llevar un poco de orden.
Quizás la mayor dificultad que he tenido fue el encuadrar a un intérprete en su verdadera época en que estuvo actuando. Y es difícil porque prácticamente todos abarcan más de uno de los periodos en que fraccionado esta pequeña historia de mis recuerdos musicales y sobre todo por el retraso que existía entre, cuando triunfaba un intérprete en su país y cuando lo conocimos en España, desfase que podía alcanzar los 4 o 5 años.
Los sesenta están en el horno (1.955 a 1.958).
La música de los sesenta no salen de repente, como una seta, sino que tuvo un periodo de unos 5 años para madurar y eclosionar.
Nosotros vivimos el esplendor del rock and roll, que aunque comenzase antes del periodo que indico, fue a partir de 1.955/56 cuando se empezó a popularizar.

Realmente el rock surge antes de 1.955, pero no se le había “bautizado” y fue ese año cuando se le denominó con ese nombre, siendo el primer rock “oficial” el éxito de Bill Halley y sus Comets titulado “Rock alrededor del reloj”. Era un grupo liderado por un señor
 regordete y con un ridículo ricito sobre su frente, pero fueron los primeros en abrir la caja de los truenos y desde entonces, este estilo se convierte en la base de todo la música moderna, incluyendo toda la actual.
Estos son 5 de los pioneros del rock, Bill Halley, Elvis Presley, Fats Domino,  Jerry Lee Lewis, apodado “El asesino”, y Chuck Berry con su “paso del pato”. Que yo sepa, los dos últimos se pasaron alguna temporada en la cárcel
Este estilo necesitó de un impulsor universal que lanzase el recién nacido movimiento, y ese fue Elvis Presley, que ya en 1.956 a base de mover sus caderas cuando cantaba, consiguió que toda la juventud le adorase, logrando poner 5 canciones suyas entre las 15 mejores canciones del año.
Con el fin de no hacernos mucho lío, hemos de tener en cuenta que, en nuestro país, llevábamos un retraso de 3 a 5 años con respecto a Estados Unidos o Inglaterra, cosa que sucedió más o menos hasta 1.966/67, en que se empezó a normalizar la cosa y, los éxitos de otros países, llegaban a España con pocos meses de retraso o poco menos que a la vez.
Por eso, cuando teníamos 10 años, aunque en el extranjero el furor lo llevaba causando Elvis Presley desde 1.955, nosotros teníamos que esperar unos cuantos años para oírle. Quizás los más adelantados escucharían lo que Bill Halley cantó tres años antes, pero era difícil que así fuera, por la dificultad de oír cosas de esas en la radio, además de ser unos críos más preocupados en jugar a la taba y el zurriago que en la música.
En esta época del comienzo del rock, todo el mundo miraba a Estados Unidos. Ahí fue donde toda la música moderna nace, gracias a figuras de gran importancia como, Fats Domino, que al igual que Bill Halley, no tenía pinta de rockero, sino más bien de pianista de cantina, Little Richard, otro pianista que este sí estaba medio loco en sus actuaciones. Pero sobre todo, hubo dos intérpretes estupendos, Jerry Lee Lewis también pianista y Chuck Berry, guitarrista.
Al primero, tan sólo le dejaron desarrollar su carrera musical unos pocos años, pues “metió la pata” al casarse con una menor y que encima era pariente suyo y estas cosas en ese país no se perdonan. Así pues, sabiendo que el camino del rock y la popularidad ya lo tenía cerrado, se dedicó al country, que es ya un género musical más aceptado por su sociedad y de gente más seria que el rock..
Chuck Berry, fue otro de los grandes en los que los rockeros de los comienzos se fijaron, pues este ya actuaba en 1.953, cuando no se hablaba de la existencia del rock. Podréis no saber quién es, pero sus canciones seguro que las habéis oído interpretadas por los Beatles interpretaron varias suyas “Roll over Beethoven”, “Rock & roll music”, o por los Beach Boys y otros muchos. Se pasó bastantes temporadas entre rejas por problemas de prostitución, evasión de impuestos, voyerismo, etc… Hombre de carácter difícil, pero un gran rockero.
Realmente, la época en que existió la música moderna para nosotros, es a partir de 1.959, los más adelantados y un año más tarde para el resto, ya que a partir de entonces, los grupos españoles comenzaron a entrar al trapo.
El comenzar a comentar la música a partir de 1.957, no tiene otro motivo que el de ver que es lo que se estaba cociendo por ahí y nosotros sin enterarnos, y que es lo que vendría años después.
Si miramos las listas de las mejores canciones de cada año en Estados Unidos (era el país de referencia), en 1.958/59 convivían los mejores cantantes de rock de los comienzos (Elvis Presley, Jerry Lee Lewis, Fats Domino, Chuck Berry, Little Richard), con orquestas de todo tipo (Tommy Dorsey, Mitch Miller, Roger Williams, Mantovani,…), “crooners” (Frank Sinatra, Perry Como, Nat King Cole, Johnny Mathis, Harry Belafonte, Bobby Darin –este algo más apto para jóvenes-, Frankie Laine, Steve Lawrence, Andy Williams, Pérez Prado,…).


También fueron los años de un rockero menos conocido en España, pero importante en el desarrollo musical que se venía encima. Era aparentemente “blando”, de chaqueta y corbata, con gafas bien peinado y con pinta de buen chico, pero que con el tiempo le reconocieron como uno de los pilares en los que años después, los Beatles se apoyaron para su sonido, igual que se influenciaron de otros intérpretes. Este fue Buddy Holly, del que en España no se le citaba en revistas o programas radiofónicos para nada hasta pasados más diez años, cuando los Beatles cantaron alguna canción compuesta por él. Pero creo que en general, la mayor parte de aficionados nos enteramos de su existencia cuando vimos la película “La bamba” (1.986), treinta años después de cuando cantaba, que era la biografía sobre el cantante Richie Valens, que fue quien triunfo con esta canción. Algún disco de Holly recopilando sus éxitos se publicó con el tirón de la película.
Pues al final de la película citada, teniendo que ir Buddy Holly, a una gira de conciertos junto con Dion & Belmonts, Big Bopper y Ritchie Valens, estando cansados y sin ganas de coger el autobús de la organización por haberse estropeado la calefacción, tuvieron la feliz ocurrencia de alquilar una avioneta manejada por un inexperto piloto. Solo había sitio para tres viajeros y así pues Holly, Bopper y Valens, por ser los más importantes de la gira, fueron los que subieron a la avioneta que un par de horas más tarde se estrelló falleciendo todos sus ocupantes. Ese 3 de febrero de 1.959 se le conoce como “El día que murió la música”. Ya puede dar gracias Waylon Jennings, entonces miembro de los Crickets, el grupo de Holly (se dedicó después al country), de que la avioneta no fuese para 4 viajeros, pues si no también le hubiese tocado a él.
En Buddy Holly se inspiraron además los Rolling Stones, Beach Boys, Hollies, entre otros y según los entendidos, ¡hasta Bob Dylan!, pero yo esto ya no lo adivino oyendo su música. 

Pero algo estaba cambiando. Este año, aparecieron multitud de grupos vocales, con un cantante (a veces poco menos que un niño) acompañados de tres o cuatro que le hacían los coros y poco menos que se limitaban a decir “du-du-a”, expresión que bautizó el estilo de estos grupos como “doo woop” o “du-du-a”. Era ya un estilo diferente a lo que se cantaba tan solo un par de años antes, canciones rítmicas que encantaban a la juventud (“teenagers”), proliferando grupos y grupos de señores (predominaba la gente de color), que a veces triplicaban la edad de sus fans, pero que supieron llegar a la gente joven. Eran los tiempos de Las Chordettes, Little Anthony, Diamonds, Crescendo, Poni Tails, Drifters, Edsels, Marcels (maravillosa y original versión del “Blue moon”), Coasters, Penguins, Platters, Dion & Belmonts, Orioles, Skyliners, Earls, etc..
Este género, que por cierto que me encanta, comienza a perder fuerza en los primeros sesenta y poco menos que desapareciendo a mitad de la década. A pesar de ello, siempre ha habido intentos de “resucitarlo”, como hace unos años, un grupo español llamado Tennessee, que editó varios LP’s de este estilo, asi como también tuvo éxito entre nosotros Rocky Sharpe & Replays, con canciones de este estilo y el último y reciente intento de rememorar este tipo de canciones lo hicieron no hace mucho las Pepper Pots.
Hubo de todo, aunque los mejores eran grupos formados por negros, con las combinaciones que queráis, todos blancos, todos negros, mezclados, todo de chicos, todos de chicas, mezclados, algunos con niños prodigio cantando, … todo lo que se os pueda ocurrir.


De todos estos grupos, el que sin duda todos recordaréis son los Platters (“Only you”, “El humo ciega tus ojos”, “My prayer”, “16 toneladas”, etc…). Eran cuatro varones y una mujer (no era ella la solista, cosa rara ya que lo normal era que si había solo uno de un sexo, fuese este el solista).
Pero no nos engañemos, realmente, con el nombre de Los Platters, existen multitud de grupos dando continuas giras por todo el mundo. Hasta en Navarrés, pueblo de unos 2.200 habitantes, cerca de donde vivo, vinieron a cantar en unas fiestas. Y es que, cuando la mejor voz del grupo (Tony Williams) se separó del resto, el conjunto se fue a pique y seguramente, el nombre del mismo pertenecía a la discográfica o a su representante, vamos una especie de franquicia, que le permitía usar este nombre con todos los grupos y personas que quisiera y entre todos han logrado que pasados más de 50 años, se sigan viendo sus actuaciones, esos sí, cantando todos las mismas canciones que el grupo original cantó. Nunca una veintena de canciones, que los Platters originales popularizaron, dio tanto juego y dar de comer a tanta gente durante más de 50 años.
También surgen solistas diferentes a los “crooners” anteriores y que encantaban a los “teenagers” (quinceañeros). Ahora se oye a Ricky Nelson, Sam Cooke (el pionero con en el que se inicia el estilo “soul” muchos años después), Paul Anka (tuvimos que esperar 2 o 3 años para oír como cantaba a “Diana”), Frankie Avalon, etc… 

Paul Anka me gustaba, pues fue de los primeros que escuché siendo crío y tras un corto periodo de años, tras agotar sus canciones (no menos de 8 o 10 se oyeron mucho en España) y pasar por San Remo desapareció de las listas, pero resurge con la canción, ya clásica, “My way” (“A mi manera”), canción polémica porque el éxito se le atribuía a Frank Sinatra, que la bordó, todo sea dicho y luego reclamó su parte del pastel Anka, reconociéndose internacionalmente que él fue el primero, el autor. Total, que el único que no se comió un rosco fue el verdadero autor de la canción, el francés Claude Françoise, pues resulta que Paul Anka lo único que hizo fue hacer una nueva letra.
Y como no, dado el éxito de Elvis Presley, surgieron multitud de imitadores (todos con su correspondiente tupé), y entre rockeros/crooners (sin saber bien donde situarse), surge el tal Pat Boone, que tenía las canciones más “pringosas” y “pasteleras” que se puedan oír. Era también actor, pero peor que el Elvis en su etapa cinematográfica. La verdad es que le tengo manía y cuando me sale una canción suya en un CD o la radio, la quito, me pone malo. Y eso que acertaría con la canción “Speedy González” que incluso fue un éxito en España. La cuestión es que del 55 al 69, metió en listas hasta 60 canciones diferentes y casi la mitad de ellas se colocaron entre las 20 primeras de popularidad. Quizás se deba por pertenecer a la clase “guaperas”, que tanto se llevó en aquellos años en el mundo de la canción y cine (Tab Hunter, Troy Donahue, etc…)
Estos años con tanta orquesta, con tanto cantante anclado en los años 40, con tanto señor y señora serios, cantando delante de una mini orquesta, parecían que no iban a tener arreglo, pero sin embargo todos los que encabezaron el movimiento rock y doo woop fueron los que dieron esperanza a los jóvenes de aquellos años de que “los tiempos están cambiando” como decía Bob Dylan a comienzo de los años sesenta. Había algo en el fondo que no podía dar marcha atrás, sino ir hacia adelante y con una rapidez pasmosa.
Fueron muchos los que se apuntaron al carro, como hemos ido viendo, pero fueron muchos más los que merece la pena recordar, como a los Everly Brothers. Un par de jovencitos, hermanos ellos, que sin muchos aspavientos interpretaron hasta bien metidos en los años 60 una larga lista de canciones que muchos recordará, como “Bye, bye, love”, “Claudette”, “All I have to do is dream”, “Cryin’ in the rain”, “Bird dog” y la deliciosa “Let it be me”, que nadie puede cansarse de oír (intentarlo y veréis que es cierto).


Este fue para mí, un grupo aparte, no era el clásico rockero, aunque hizo rock, ni doo woop, aunque alguna canción suya pueda parecerlo, ni country, aunque tiene al menos un LP dedicado a ese género, ni baladista, aunque las tiene y muy buenas. En fin que en aquella época no sabría donde encasillarlo. Lo incluiría como el mejor grupo pop de la historia, pero como todavía no había nacido el pop cuando ellos cantaban, pues eso, que no sé dónde encasillarlos.
La Wikipedia dice que eran un grupo country y rockabilly (una variante del rock algo más chillón y sin sustancia), pero para mí, “de eso nada monada”, los califican así porque, les sucederá como a mí, que no sabe dónde ponerlos.
En lo que todos coincidimos es que influenciaron a Beatles, Simon & Garfunkel, Neil Diamond, Hollies, Dire Straits, Beach Boys, Simon & Garfunkel, y muchos más, que viendo quienes eran, se comprende más la importancia que tuvieron.
Tan sólo una decepción tuve con ellos y es llegar a conocer, bastantes años después, que la canción “Let it be me“ era realmente de Gilbert Becad (en los créditos del disco de los Everly no pusieron el nombre del autor, sino de los que cambiaron la letra), que no recuerdo que publicase en disco, aunque sí que la tengo grabada de la radio en una cinta. Otra cosa es localizarla.
Algo similar comenzaba a pasar con la música “country” (podíamos decir que es el “flamenco” de los americanos), es en estos años cuando comienza a extenderse este género fuera de Estados Unidos y que muchos años antes tan sólo se cantaba allí y todo gracias a algunos intérpretes de este estilo musical que se lograron meter en las listas de éxitos generales. De entre todos destacaría a Marty Robbins (“El Paso”, “El árbol del ahorcado”, “Ella tenía 17 años”, etc…) y a Frankie Laine (“Solo ante el peligro”, “OK Corral”, etc..).
El country es tan “propio” de los americanos, que desde siempre ha tenido sus listas de éxitos aparte de las canciones “modernas” (rock, pop, tecno, y demás estilos que desconozco como se llaman), aunque de vez en cuando un cantante atraviesa la barrera y, además de triunfar en las listas de country, triunfa en las listas generales. A ese si que llegamos a conocerle en España. Si un cantante country quiere llegar a todo el mundo, ya sabe que ha de tener un éxito entre en esas listas.
También en esta época es cuando empezaba a salir de los círculos reducidos la música folk (el “folk song”), que como siempre ha sucedido con este estilo en todos los países, se limitaba su audición a universidades y círculos intelectuales, razón por la que solo se enteraban los jóvenes más inquietos.
Los primeros “pinitos” de llegar al gran público, los hicieron los Kingston Trio (“Tom Dooley” y, sobre todo, años más tarde, con “¿Dónde se han ido todas las flores?”, quizás la mejor versión de esta canción), aunque aún faltaban unos años para que entrara “a saco” este estilo musical en todo el mundo.
Como veis, eran años de cambios y confusión, no como ahora, que oyes lo mejor de cada año y no notas casi nada de evolución, entre el rap, “chunda-chunda”, Lady Gaga y cosas así, todo es poco menos que lo mismo, eso sí, con algunas excepciones tipo Adele, que salvan al año. Pero es difícil ver las tendencias que existen (la verdad es que con los años pasados se ven mejor las cosas). Sea como sea, vivimos los momentos en que comenzaron casi todos los estilos musicales importantes que siguen vigentes hoy en día.
En España estábamos con el bolero.
Solo falta gratinar (1.959).
Están a punto de llegar los años sesenta, que después de estar en el horno 5 años, tan sólo falta que se gratinen para entrar de lleno en ellos. Y eso ocurre en 1.959.
¿Y en qué se diferencia este año de los anteriores?, pues simplemente en que surge en España el Dúo Dinámico, que seguramente gustasen a muy pocos al comienzo (éramos bastante pijos) y ya es imparable el que empecemos a conocer que es lo que sucedía en otros países. Tan sólo 2 EP’s del grupo, un total de 8 canciones nos abren las puertas a la nueva música que nos llega de América, pues naturalmente cantaban versiones de los éxitos de allí, eso sí traducidas al más correcto castellano.


Gracias a este dúo, pasados los años, supimos que existían los Everly Brothers, los más influyentes para que los Beatles perfilasen su estilo propio.
En las listas americanas ya no se veían tantas orquestas y crooners de toda la vida, sino que la mayoría de los éxitos pertenecían a grupos y cantantes que no tendrían más de 4 o 5 años de vida artística anterior. Era como la señal de que algo estaba sucediendo.
Ese año, la mejor canción fue “La batalla de Nueva Orleans”, por Johnny Horton, un cantante de country, con una buena canción, aunque a mí me gusta más la canción que se incluyó al año siguiente en la película “Alaska, tierra del oro” –que vimos en el Ramiro-, aunque sin ninguna repercusión en las listas. Solo tuvo realmente un éxito en 1.958 y desapareció, era como el anuncio de que venían los tiempos de “usar y tirar”, de éxitos fugaces y de aprovechar al máximo el triunfo porque detrás vienen apretando. Si antes un cantante triunfaba en las listas de éxitos durante un periodo largo de años, ahora podría darse el caso de ser el mejor de un año y desaparecer de este mundillo al siguiente.
También fue un buen año para Bobby Darin, que ya llevaba un par de años cantando, pero en 1.959, dos canciones suyas estuvieron entre las 7 mejores del año, “Dream lover” y la sempiterna “Mack the Knife” (¿pero hubo alguien que la cantó mejor que él?). Luego se dedicó al cine, se casó con Sandra Dee, que fue la Doris Day de los jóvenes y hasta, a mitad de los sesenta, fue nominado al óscar por su papel en “Capitán Newman”, junto a Gregory Peck.
También este fue el año en que, afortunadamente, no triunfaron mucho y además desaparecieron los Teddybears, que un año antes tuvieron su único éxito, bastante plomo por cierto. Pero este grupo, para mi tiene algo especial y es que en él militaba Phil Spector, el creador del “Spector sound”, que comenzaron las Ronnettes y Crystals, pero que luego elevaron a cotas inalcanzables los Righteous Brothers a mitad de la siguiente década y sólo por eso ya merece la pena citar a este señor, que por cierto, es un poco asesino ya que se le encontró una muerta en su mansión allá por el 2.003 y tras intentar demostrar su inocencia, no lo consigue y por ese motivo está en la trena desde el 2.009, pero vamos, que tan sólo le quedan 15 años más.
Como este apartado solo es un solo año, puedo dedicarle un pequeño párrafo a un dúo de hermanos, los Farina (el apellido indica que su origen debiera se italiano), que tomaron el nombre artístico de Santo y Johnny. Se dedicaron exclusivamente a temas instrumentales con las recién aparecidas guitarras eléctricas. Yo no entiendo tanto de música como para decir que eran unos virtuosos, pero si lo suficiente como para decir que su “Sleepwalk” seguirá oyéndose durante décadas, de que su estilo es inconfundible y de que todos nosotros los hemos oído con toda seguridad.
1959 fue en España, otro año de bolero, salvo los EP’s del Dúo Dinámico.
Comienzan los sesenta (1.960 a 1.965). Nuestro despertar y guateques a todo pasto.
Ya tenemos 12 o 13 años y empezábamos a oír en la radio algo diferente a los boleros de Machín y las coplas de las folclóricas. Pasamos de la “canción ligera” al rock. Ya escuchábamos a Raúl Matas en su programa “Discomanía”, quizás el que empezó primero a promocionar esta música, a José María Iñigo con “El Musiquero”, que no hacían más que ponernos canciones editadas en Estados Unidos 4 o 5 años antes, pero que para nosotros eran una verdadera novedad. Por esta época lo único moderno que se veía en televisión eran los playbacks del programa “Escala en Hi-Fi”.
Aunque, para mí, el que más me gustaba fue Ángel Álvarez con su “Vuelo 605” (hay otro Ángel Álvarez, aún en activo que es un superentendido de toda la música de los comienzos del rock, especialmente el hispano). Era piloto de Iberia y en sus continuos viajes al extranjero, se compraba discos para sus programas de radio. Este sí que nos hacía escuchar lo que se escuchaba por el mundo y fue el que nos dio a conocer, entre otros, a Bob Dylan. Lo que desconocía es que, Paniagua, colega de Vicente Ramos, fue introducido por este locutor en el mundo de la música.
Era el mejor de todos y hasta en la actualidad (2.013), en Radio 3 hay un locutor que tiene exactamente la misma forma de presentar la música, tono íntimo, bajito, voz nasal aterciopelada,…vamos que te da toda la sensación de que fuese él mismo quien estuviese dirigiendo el programa.
En España somos muy dados a eso de formar dos bandos (quizás sea una de las condiciones humanas y no sólo cosa nuestra), que si Madrid/Barça, que si rojos/azules, que si PP/PSOE, etc… , pues bien, a esto mismo nos dedicamos cuando nos despertamos a la música, a ser de un bando o del otro.
El primer caso que recuerdo de este tipo de rivalidad fue entre Neil Sedaka, que Paul Anka, pero luego siguieron muchos más, que los Kingston Trío eran mejores que Peter, Paul & Mary (mentira cochina, aunque a mi me gustan ambos grupos), que Cliff Richard era mejor que Elvis Presley, que Los Ventures tocaban mejor que los Shadows, que los Mustang eran mejores que los Brincos, que los Relámpagos les daban cien vueltas a los Pekenikes, o que los 3 Sudamericanos eran mejores que los Cinco Latinos, Beatles o Rolling (este caso también era en otros países), etc… y como siga pensando seguro que me sale alguno más. Pues estos eran muchas veces los temas de conversación que sobre la música teníamos



Yo, al tener un amigo que presumía de tener un “pi cú” y estar a la última, pude oír desde bien temprano las canciones de Elvis (It’s now or never”) que empezaban a llegarnos, a Neil Sedaka (“Oh Carol”), Dúo Dinámico (tenía casi todos los EP’s que publicaron), Marty Robbins (“El árbol del ahorcado”), Tokens (“El león duerme esta noche”), Bryan Hyland con su canción del bikini amarillo (“Itsy bitsy teenie weenie yellow polkadot bikini”), el “Whasington square” de los Village Stompers, Frankie Avalon (“Venus” y la del Álamo),. Todo ello bien mezclado con canciones de La Tuna (cualquiera que publicase un disco), José Luis y su guitarra, Torrebruno (magnífica versión de “Tequila”), incluso oíamos la “ovejita lucera” y sin faltar algún éxito del recién comenzado Festival de Eurovisión, aunque al principio ni siquiera participaba nuestra TV1. Fueron muchas las sesiones de música que nos pegábamos en el pueblo donde íbamos a veranear.
Si el primer pilar que sostiene la música moderna actual, fue Elvis Presley, en 1.962 surgen los otros dos pilares que aún la mantienen en pié. Uno fue Bob Dylan, que todavía se arrastra por esos mundos de Dios dando conciertos y el otro fue los Beatles, verdaderos revolucionarios que cambiaron el concepto de la música y promocionaron la industria discográfica hasta límites insospechables.
Realmente a Dylan le conoceríamos pasados unos 4 o 5 años, en el siguiente lustro, pero en América era algo nuevo que revolucionó a toda la juventud. Fue el comienzo de la llamada canción protesta, con sus matices revolucionarios y políticos que aquí no eran de buen ver. En mi caso, este tipo de intérpretes fueron los que hicieron que me pareciese normal comprar un LP en vez de un EP o single. Y protestaban principalmente por la guerra de Vietnam, pero luego por otras muchas cosas. Dylan protestó contra casos que se consideraban injustos y entre otros casos similares, con la canción “Hurricane” logró que se abriera nuevamente el caso de Rubin “Hurricane” Carter, boxeador considerado culpable de un triple asesinato, aunque metería “la gamba”, pues nuevamente se le declaró culpable y dejó de cantar esta canción a partir de 1.976.


Recuerdo que cuando oí a Dylan por primera vez, más o menos en 1.966/67, me extrañaba que pudiese vender un disco un señor con canciones tas “largas” y con una voz cochambrosa. No tenía ningún atractivo para mí y sin embargo, con el tiempo, es uno de los intérpretes que me encanta, con deciros que esta temporada llevo en el coche su discografía porque la estoy repasando (más de 60 LP’s en mp3, entre oficiales y piratas). Y pienso que si acabó entrando en el gran público, es gracias a Peter, Paul & Mary, un trio surgido a la sombra de la moda del folk y que interpretó maravillosamente sus canciones, y algunas de ellas como “Soplando al viento” o “Los tiempos están cambiando” se convirtieron en verdaderos himnos de la juventud rebelde y que aún continúan siéndolo. En España, a este trío, les conocimos por sus “500 millas”, que versionearon muchos paisanos. 

 Gracias a Dylan, conocimos que existían intérpretes que llevaban años “protestando” (Peter Seeger, Woody Guthrie, etc…) y se abren las puertas a nuevos intérpretes de este estilo protestón, como Joan Báez, Donovan, años más tarde y grupetes que aprovechan el tirón como los Kingston Trio, que se hacen más populares, Highwaymen, Hootennany Singers (en Europa) y otros intérpretes con un estilo similar a todos estos, como Judy Collins, Gordon Lightfoot, John Denver (entre el folk y el country), Brothers Four, Seekers (en Inglaterra, procedentes de Australia), y un sinfín de cantantes y grupos que se dedicaron a este estilo.
De todos estos casi los únicos que se popularizaron en España fueron los Brothers Four que con sus “Hojas verdes”, “la canción del Álamo”, y una docena de canciones más, nos prepararon para todo este cambio.
Este estilo continuó con fuerza hasta los años setenta con intérpretes fabulosos como Jim Croce (lástima que falleciera con sólo 3 álbumes publicados), Phil Ochs, Simon & Garfunkel, Minstrles, etc… Y algunos españoles supieron sacar tajada, aprovechando que no nos llegaban con prontitud cosas del extranjero y además este periodo coincide con nuestra entrada en la Universidad, donde nos podíamos dar “el pisto” de entender de música más que los jóvenes del medio rural, y así se empiezan a conocer en los medios universitarios y de forma muy reducida, intérpretes como Raimón (nació a diez minutos de donde vivo), Paco Ibáñez, y por qué no, Serrat en sus comienzos. La canción protesta, era una música para “entendidos”, para unos pocos “elitistas”, pero no para la juventud en general, pues ni siquiera se reflejaban estas canciones en las listas de éxitos.
Los jóvenes en el extranjero lo que oían y bailaban era a Chubby Checker con sus canciones de “twist” (tan sólo duró un par de años este baile), seguían con Elvis, Paul Anka, Bobby Darin, Platters, Connie Francis, Steve Lawrence (más modernizado), Everly Brothers, etc… y apareciendo gente nueva como Brenda Lee, Neil Sedaka, Roy Orbison (comenzó a ser conocido en esta época), Johnny Tillotson, Del Shanon, Ray Charles, Bobby Vinton, etc…
Ya comienzan a surgir grupos como los Miracles y Smokey Robinson, Shirelles, Mary Wells, Marvelettes, Jackson Five, Stevie Wonder, Temptations, Marvin Gaye, Diana Ross y las Supremes, Four Tops, etc…, con un estilo nuevo que poco tiempo más tarde de denominó “Sonido Motown” y que duró no menos de 6 o 7 años, variando al estilo “Soul”, un poco más serio y menos movido que el anterior.



En los comienzos de los sesenta el mundillo musical estaba muy inquieto y revolucionado y no paraban de salir estilos musicales nuevos como el “surf” capitaneados por los Beach Boys, que en el 1.966 culminan su carrera con su “Good vibrations”, canción perfecta que tardó más de seis meses en grabarse porque, Brian Wilson, el casi sordo líder del grupo, era un perfeccionista, logrando una de las mejores canciones de todos los tiempos y que influyeron en los Beatles de su última etapa.
Aunque su primera canción fue de 1.962, fue en el 64 cuando las listas de éxitos fueron copadas por los Beatles. El 10 % de las 100 mejores canciones eran de ellos. Siguen siendo el grupo más influyente de la música moderna y eso que ya hacen más de 40 años que se separaron. La música moderna no se concibe sin ellos
Continúan surgiendo voces que aún se encuentran entre lo más destacado de la música, como Barbra Streisand, que de fea, pasó a ser atractiva gracias al cine, siendo la actriz, procedente del mundillo musical, que mejor se le ha dado.

El 1.965 fue un año especial, pues detrás de los Beatles, comienzan a salir grupos ingleses, por un tubo, como Honeycombs, Peter & Gordon, Manfred Mann, Animals, Gerry & Pacemakers, Shadows, Cliff Richard, Dave Clark Five, Bachelors, Searches, Moody Blues (magníficos ellos y si no que lo diga Salcedo), Kinks (mi primer disco de mi actual amplia colección fue el segundo EP de este grupo), Billy J Kramer y los Dakotas, Yardbirds, Zombies, Who, etc…, y aunque todos con las mismas raíces, unos eran encasillados como “Liverpool sound”, mas influenciados por los Beatles y otros, que parecían más serios y hacía una música más agresiva, encuadrándose en el “Rythm & blues”. Realmente este género viene de muchos años antes, acuñándose este término cuando nosotros teníamos un añito, pero nosotros comenzamos a oír este nombre más o menos por esta época y con los grupos ingleses, luego fuimos descubriendo que esta música venía de muchos años antes. Todo lo nuevo que salía, triunfaba, hasta los Hermans Hermits, grupo blando para jovencitas con gran triunfo en las américas.
La primacía de británicos en las listas de todo el mundo era notoria. Desde tíos de pelo en pecho como Tom Jones, hasta señoras respetables como Petula Clark, Dusty Springfield, Cilla Black, Sandie Shaw, etc…. Pero sobretodo, es el año en que despiertan los Rolling Stones, encabezando a una serie de grupos que en el siguiente lustro dieron mucho que hablar. Estos Rolling son los decanos de la música rock, ya han cumplido, al igual que Dylan, los 50 años sobre los escenarios.


Y de esta avalancha de grupos ingleses, los americanos, ni enterarse de que iba la guerra, no supieron reaccionar y salían grupos fugaces que duraban muy poco tiempo. Grupos del estilo de Dino, Desi & Billy, Gary Lewis & Playboys, etc… Ellos seguían con el sonido de la Motown sin enterarse de que en Europa la música moderna continuaba cambiando. Entre los nuevos americanos se salvaban los Byrds y gracias a convertir en rock alguna canción de Dylan.
También es importante para nosotros este periodo por ser cuando algunos compañeros se empiezan a inclinarse por un estilo musical del que no hablaré, el gregoriano, que es cuando desaparecemos del Ramiro.
No obstante, aunque reconozca la primacía europea de aquellos años, el 65 fue para mí un año decisivo en mis gustos musicales. Como ya vivía en Valencia desde hacía un par de años, mi padre nos dejó a mi hermano y a mi, pasar la Nochevieja en Madrid, yéndome yo a tomar las uvas a casa de Salcedo (¿o fue en el 64), la cuestión es que además de bailar el twist (ya os digo que en España llevábamos retraso) de Chris Montez (“Let’s dance” éxito de 1.962, pero aquí del 65), Ignacio me preguntó si conocía a los Righteous Brothers, que oí meses después y desde entonces son mis preferidos, tanto en grupo como cuando se separó el dúo.
Todavía Bill Medley, componente del dúo, sigue sacando con cuentagotas, en Estados Unidos, algunos discos, pero te las ves y te las deseas para enganchar uno ellos. Su compañero de fatigas se fue al otro mundo por sus problemas con la cocaína y sorprendentemente no se comió un rosco tras deshacerse el grupo, pues era quien cantaba el “Desencadenando melodías” que conoce prácticamente todo el mundo de 25 años para arriba, pues es canción que se usa para sacar la tarta en las bodas, al menos en Valencia (por estas latitudes, además de esa canción, cuando salen los langostinos, gambas y rochos, salen los camareros desfilando con un pasodoble popular dando a entender “prepararos que vamos para allá”)
Y por si fuera poco, también es el año de Roger Miller (”King of the road”), al que continúo escuchando con mucha frecuencia y que también está criando malvas desde hace unos cuantos años, así como los Lovin Spoonful, liderados por John Sebastian, que se encargó de componer y cantar las canciones de ritmo más “perezoso” que podáis escuchar.


Por fin España sale del bolero y entra en la música moderna. Aunque a mí “se me caen los palos del sombrajo”, pues meter todos los nombres citados en el mismo saco que a Albert & Richard, Tony & Charlie, Micky y los Tonys, Los Estudiantes, Mike Ríos, Pantalones Azules y tal, es para coger una depresión. Pero que conste, que no lo hacían mal, pero es que el sonido del comienzo de nuestros grupos era de verdadera pena. Encima crearon un idioma propio, el “Spanglish”. Y es que, como lo que se llevaba era cantar en inglés, y en España eso de los idiomas…., más bien no se nos da y si no preguntárselo a nuestros actuales políticos. Pues si se lleva el inglés….., pues cantamos en inglés, pero como nadie lo sabía hablar, lo que hacían es, poner infinitas veces en el tocadiscos la canción que querías llevar en tu repertorio, “a ver cómo suena lo que dice” y de ese modo nace el spanglish, y total, que como menos inglés sabíamos los que les oíamos, pues todo valía.
Los primeros años de este lustro seguían imponiéndose el Dúo Dinámico, pero queríamos algo más. Así empezamos a oír canciones de rock en español y en esta promoción musical, mucho hemos de agradecer a la piscina El Lago (la del comienzo de la Casa de Campo) que siempre estaba con música en danza y apetecible por la juventud.


Es cuando conocimos a Los Llopis (cubanos), que más que grupo era una orquestina para lo que se llamaban “Terrazas de Baile” y que realmente grabaron un solo LP oficial (luego, pasados más de 30 años repescaron canciones para un 2º LP, orientado más a los coleccionistas que al gran público) Una docena de canciones que habré oído más de 300 veces, pues con eso de la añoranza, allá por los comienzos de los 70, se me ocurre comprar el cassette de este grupo y así dejar de oír cuentos y demás cosas que les poníamos a los críos para que fueran tranquilos en el coche. Pues nada, va y les gusta y ya sabéis la resistencia de los críos de 3 a 4 años, son capaces de oír o ver día tras día, incluso en el mismo día la misma película, o la misma canción, pues nada, “ahora te pongo los Llopis, no llores” y toma Llopis. Lo malo es que esa docena de canciones duraban poco más de 20 o 25 minutos y el viaje a Valencia por aquella época hasta el pueblo donde vivimos, duraba poco más de hora y media, así que cada fin de semana, tres veces los Llopis para ir a ver a los padres y suegros y otras tres veces para volver a casa y así semana tras semana, mes tras mes,….
Y anda que estuvieron finos los miembros del grupo, que no querían ir a beneficios de las ventas, sino a una cantidad fija que establecieron y luego, con los años, su disco se ha convertido en el LP que más veces se ha reeditado, en vinilo, cassette y CD, continuando dando beneficios, quizás el más rentable de nuestro país o poco le faltará. Se ha convertido en el best seller de las gasolineras y rebajas musicales.
También de Méjico nos llega el mejor grupo de versiones de rock en castellano, Los Teen Tops. No había éxito de rock de Presley, Lewis, Richard, Domino o quien sea, que se les resistiera y fueron versiones que aún hoy me gustan incluso más que los originales. Tardamos años en darnos cuenta de que esas canciones eran de intérpretes americanos, pero yo creo que los jóvenes nos quedábamos con estos. Sus versiones tenían personalidad propia.
También en estos comienzos de los 60, ya teníamos edad para poner los discos en los guateques y mirar, pues los que cortaban el bacalao, al menos en mi caso, era mi hermano mayor. Los que tenían un par de años más que nosotros se comían el mundo. Incluso llegaron a tiempo de llevar “tupé” y de fardar bailando el rock. Nosotros nos tuvimos que conformar con el “Madison” y “Twist”, pues los “bailones” del rock ya llevaban un par de años de adelanto, así que yo me enganché a twist que al menos me pilló en buena época.
Ya más del terreno (de Gibraltar) tuvieron un exitazo enorme con “Popotitos”, Albert & Richard (el Albert Hammond que volvió en solitario muchas años después con canciones propias que triunfaban es los Estados Unidos), pero desaparecieron rápidamente.
Los que vivíamos por la colonia del Pilar o sus alrededores (Eloy Maestre, Mialdea, Salcedo, Francis y un servidor, entre otros) sí que sabemos lo que era un buen guateque, a base de sándwich y mini bocadillos que preparaban nuestras madres, alguna tortilla de patatas para picar y sin que faltara el “cup de frutas”, que no era otra cosa que una sangría en la que, a escondidas, cada asistente traía el culo de una botella que había distraído de su casa, reforzada con algo de canela, pues “mareaba”. Se hacían en las casas y en el verano en las muchas de las terrazas de esta colonia. Y música de Teen Tops, Enrique Guzmán (“Dame felicidad”, “100 kilos de barro”), Dúo Dinámico (todo lo que tenían, pero sobre todo “Lolita twist”, “15 años tiene mi amor”, etc..), Francoise Hardy (“Todos los chicos y chicas”), Chris Montez (“Let’s dance”), Pekenikes (sus más movidas canciones como “Los 4 muleros”), Chubby Checker (tanto el twist como el “limbo-rock”), Surfs (los tres o cuatro éxitos que tuvieron), Connie Francis (“El novio de otra” y algún twist), Bruce Chanel con el madison (“Hey baby”, que tenía un sonido en el que se inspiraron los Beatles para el suyo), Tony & Charlie con la yenka, Elvis (rock y lentas, lo que fuera valía), Marcels (“Blue moon”), Pérez Prado (“Patricia” y algún mambo), los Indios Tabajara (“María Elena”), Marty Robbins (“El Paso”), Torrebruno (“Tequila”), Brothers Four (“Greenfields”), y hasta el Pat Boone, eso sí, con el “Speedy González”, vamos de todo. En los guateques ya no existían estilos musicales, tan solo había 2 estilos, las “rápidas” al principio y las “lentas” al final y cuando no se daban cuenta los padres (si era en casa), con la luz al mínimo. Ah! Y también Al Caiola, Cliff Richard, Shadows, Petula Clark (en guateques se oía mucho cuando cantaba en francés), Ray Conniff (si, es verdad, también el Ray Conniff para el “agarrao”), Tony Ronald, Tony Dallara, Celentano, Karina, Gelu (¡madre mía!, hasta Gelu).


Estos son los que ahora recuerdo y era tan variada la música de los guateques como las personas que allí asistían, pues ya se sabe, uno ponía la casa, otro el pi-cú (yo de pinchadiscos), casi todos con los culos de botellas con bebida alcohólica y los “más bien” venían con una especie de carpeta/archivador con una veintena de discos, casi todos EP’s (de 4 canciones). Como no todos teníamos tocadiscos ni discos (mi primer disco se remonta a 1.965 y la época de los guateques sería del 59 al 63/64), mi familia ponía la casa y siempre había que invitar a ese que tenía el picú o buenos discos, o que conocía a uno o una que los tenía.
Era el modo de que “los fijos” del guateque podíamos bailar, pues de mi cuadrilla, pocos tenían discos y además conocías a nuevas chicas (eran ellas las que traían los discos con las canciones “lentas”, por lo que no podían faltar). También, en mis guateques, eran fijas mi amiga y vecina Mª José (¡vaya “pedo” cogió la pobre en una ocasión) y alguna otra que debido a sus encantos, o porque se “arrimaba” más que otras, siempre estaba invitada, aunque a veces tenía que elegir en ir a uno u otro guateque. También evitábamos invitar al clásico “gorrón” o a quien se pasase de la raya en cualquier sentido, pues la subsistencia de los guateques dependía de cómo fuese el comportamiento general y de cómo quedase la casa después de irse el personal.
Sí que eran buenos guateques aquellos en los que nadie te decía nada y a lo sumo se colaboraba con el “salimos a tanto”, y no los de la calle Serrano, donde fuimos algún compañero, que aún recuerdo su nombre, a quien se le acercó la dueña de la casa y le dijo “… que, ¿hay hambre no?”. Si me lo llegan a decir a mi (que supongo iría comiendo al mismo ritmo) me muero allí mismo.
Volviendo a la música, quizás entre todos los pioneros españoles, los de más calidad fueron nuestros compañeros de instituto, Los Pekenikes, con Lucas y Alfonso al frente. Su primer disco, el de “Los cuatro muleros” yo lo tuve, pero utilizaron un pseudónimo, pues se trataba de uno de esos discos que regalaban al comprar botellas de Fundador, pero pronto se convirtieron en el mejor grupo de la época y una verdadera fábrica de buenos músicos y cantantes, desde Juan Pardo y Junior hasta creo que Auté. Y aunque nada más sea para contarle uno a sus nietos que “yo actué con Los Pekenikes”, un compañero de nuestra promoción, apodado “el Pufe” (José Luis Pérez Nieto) tuvo el honor de tocar con el grupo en una ocasión que actuaron en el Ramiro. Luego, en el 50 aniversario me comentó que formaron un grupo llamado “Los Yumpers” o algo así, pero que no sabe exactamente el nombre que le pusieron. Y después de los Pekenikes, vinieron oleadas de grupos, pues es en 1.965 cuando España se despierta a la música moderna. Entre todo lo que surgió, sin duda alguna, Los Brincos eran los más prometedores.
Bueno, la realidad es que tanto en el extranjero como aquí en España el boom musical era de tal tamaño que no te daba tiempo a conocer ni a la mitad de lo que salía.
Aunque no podían hacer sombra a los Pekenikes, los Relámpagos no lo hacían mal, como tampoco muchos que se dedicaron

En esta época ya empezaba la rivalidad del Madrid-Barça en la música, todos queriendo tener los mejores grupos, los mejores cantantes y tal. Y es verdad que Cataluña los tenía, pues allí estaban los Mustang (los que hicieron las mejores versiones de las canciones de los Beatles) y los Sirex (los de la escoba) y también Serrat. Lo que pasa es que, para los políticos catalanes, Cataluña es también Baleares y toda la Comunidad Valenciana y por eso descaradamente se apropian de Raimon, que fue el máximo representante de la canción protesta y este es de Játiva (Valencia), a 23 Km de donde yo vivo, o de Salomé (de un pueblo a 8 minutos de mi casa) y como no, también representaba a Cataluña, Juan Bautista Humet, al que desgraciadamente he visitado su tumba cuando algún amigo de Navarrés fallece, y ese pueblo, que es el de mi nuera, está a unos 13 minutos de aquí y en el caso de estos dos últimos cantantes, nacidos en localidades que sólo se habla en castellano.
Pero el frente de Madrid era, a mi gusto, más potente que el catalán. Sólo con los Pekenikes y Brincos no sería necesario citar a más, pero es que también estaba Juan Pardo, Estudiantes, Miguel Rios, Milos, Pantalones Azules, Mimo y los Jumps, Cecilia, María Ostiz, Karina, en fin, pienso que un potencial mayor que el catalán, aunque lo cierto es que a ningún aficionado a la música le han preocupado estas cuestiones. Por Valencia funcionaba Bruno Lomas (que empezó la carrera de Perito Agrícola, en la misma facultad que yo, pero según dicen no pegaba golpe).
En la expansión de los grupos españoles tuvo mucho que ver las matinales del Circo Price, a las que nunca pude asistir, pero seguro que el que pudiera hacerlo, recordará esas actuaciones como algo extraordinario, sobre todo si llegó a comprender el significado que tuvo esto en nuestra música.
Continúan los sesenta (1.966 a 1.969)
Estos años ya nos pillaron comenzando nuestras diferentes carreras y los años de festeo de cada cual con su respectiva señora.
No cabe duda de que los jóvenes podíamos elegir entre una gran variedad de músicas y estilos todos ellos diferenciados y de gran calidad. Fue el periodo en el que cada cual se empezó a decantar por unos intérpretes u otros o un estilo musical concreto.
En mi caso, durante el día me dedicaba a “pasar los apuntes” de lo que se daba en clase ese día o el anterior y como eso no precisaba concentración, pues lo hacía oyendo música en la radio. Luego, cuando llegaban los exámenes me dedicaba a estudiar por la noche hasta poco antes de la hora de levantarse, pero como se me hacían las noches tan largas, pues nada, a coger el transistor y a estudiar con música.


Eso sí, con el fin de no distraerme, lo que hacía era poner emisoras extranjeras ya que al no entender lo que decían no me distraían. Y así estuve 4 años estudiando (entonces el Peritaje Agrícola llevaba incluido un Selectivo) y tan sólo escuchaba las “emisoras piratas” que por aquellos años emitían desde barcos clandestinos anclados en aguas internacionales y en especial radio Luxemburgo y Radio Carolina. Esta última emisora tuvo su esplendor desde 1.964 a 1.968, es decir, me acompañó durante toda mi carrera. Luego les detuvieron, volvieron a emitir de 1.972 a 1.980, años en que se hundió el barco y actualmente creo que emiten desde tierra en Sudamérica. Pero sus mejores años fueron los cuatro primeros.
Gracias a estas emisoras se difundió por todo el mundo la música moderna y, en mi caso particular, fue cuando descubrí un género musical nuevo del que continúo enamorado, el folk irlandés, que pertenece a lo que hoy se denomina música celta. En esa radio escuché por primera vez a los Dubliners, grupo especializado en canciones alegres de tabernas y pubs, así como de preciosas baladas.
Total que se iba completando mi círculo de cantantes favoritos y ya era “fan” de los Righteous Brothers, Roger Miller y Dubliners, con la mala suerte de que en España no se publicaba nada de estos, tan sólo algún “grandes éxitos”, pero nada más, así que no tuve más remedio que buscármelas por ahí y ayudados de alguna revista inglesa o americana, encontré direcciones y tuve que importarme discos de ellos, ya que si quería tener discos suyos, no había otra forma de hacerlo.
En Estados Unidos, viendo que no se comían un rosco ya que los grupos ingleses copaban sus listas de éxitos, crearon artificialmente un grupo para intentar hacer sombra a los Beatles y crean un grupo llamado los Monkees (por lo visto ellos ponían la cara y la voz y en estudio tocaban los músicos profesionales, de ahí que no se encuentren datos que alabasen sus actuaciones en directo, que serían pocas y de pena).
En las listas americanas continuaban más o menos los mismos que en años anteriores (hasta Elvis estuvo apareciendo en listas, en su etapa de “gordo” con canciones melódicas), aunque salieron algunos grupos, y cantantes, nuevos, como los Young Rascals, Herb Alpert, Box Tops, Mamas & Papas, Tommy James & Shondells, Sergio Mendes, Santana, Creedence Clearwater Revival, Doors, etc…, pero el empuje de los grupos ingleses continuaba siendo muy fuerte. Seguían los Beatles, los Rolling en cabeza y todos los que en el anterior lustro metieron la cabeza en las listas, así como intérpretes nuevos como Spencer Davis Group, Troggs, Minbenders, Procol Harum, Tremeloes, Georgie Fame, Donovan, Cat Stevens, etc… Bueno, Cat Stevens se merece aunque sea un pequeño párrafo, pues su “Morning as broken” y su “Father & son” son dos canciones maravillosas, aunque sus mejores canciones fueron a partir de 1.970. Y luego, en pleno éxito se nos hace “moro” y desparece del mundo del espectáculo (por internet circula alguna canción suya con su nombre nuevo mahometano de Yusuf Islam).


Lo que sí se puede observar es como el sonido Motown iba perdiendo terreno a favor del Soul, pues figuras como Aretha Franklin, Otis Redding, Sam & Dave, Percy Sledge, Brenton Wood, etc.., empezaron a ocupar el hueco que el otro estilo iba dejando.
Es a finales de los sesenta, cuando he de ampliar mi lista de discos a importar, pues es cuando empiezan los Strawbs y Nilsson, que naturalmente tampoco editaban nada en España.


Los Strawbs, aunque comienzan con la etiqueta del folk, pasó a ser, en los años 70, el primer grupo al que se le podía calificar como de rock sinfónico, por eso de llevar órgano eléctrico y cosas parecidas, editando un par de discos fabulosos. Fueron populares, sobre todo en Inglaterra al tomar como himno, los sindicalistas de allí, una canción suya (“Part of the unión”).
Y en cuanto a Nilsson (ya 20 años criando malvas), que os voy a decir si Lennon y McCartney (Beatles) lo consideraban como el mejor cantante del mundo. Se popularizó gracias a la película “Cowboy de medianoche” en cuya banda sonora figuraba el “Everybody’s talking” y años después con el “Without you” que todo el mundo conoce y que les gustaba a todas nuestras novias/esposas. Que yo sepa, sus canciones se incluyeron en más de 10 películas y por ellos es fácil que hayáis oído algo suyo. De él, os puedo asegurar que ha sido casi el único intérprete que cantando una canción de los Beatles, la mejoró. Cierto es que muchos intérpretes cantaron canciones de los Beatles y lo hicieron muy, pero que muy bien (así comenzaron los Rolling Stones), pero se trataba de canciones que los Beatles cedían a otros y ellos no cantaron, pero Nilsson, no, él cantó 2 o 3 canciones que grabaron los Beatles y los superó en ellas y luego en su última etapa, se dedicó a cantar canciones antiguas, de los años 30/40, haciéndolo francamente bien e incluso teniendo éxitos con el tema principal de la película “Casablanca” o “El mago de Oz”, que fue la canción (“Over the rainbow”) que cerró la película “Tienes un e-mail” de Meg Ryan (¡a mí me gusta, ¿pasa algo?!), la nueva Doris Day del cine.
Durante estos años se nos electrificó Bob Dylan, cambia la guitarra acústica por las eléctricas y añade “tambor” (léase batería) y es cuando llegamos a conocerle mejor en España. Fueron tiempos muy duros para los puristas de la canción protesta y se rasgaban las vestiduras por el cambio que hizo. Supongo que las minorías elitistas le empezarían a abandonar (lo dirían con la boca chica) a cambio de ganarse al mundo entero. Se acompañó de grupos de rock y se lanzó al ruedo en contra de todos los puristas que rechazaban este cambio. La cuestión es que grupo que le acompañase y luego se independizase, era garantía de que triunfaría, como The Band (“The weight”, “I shall be release”, entre otras), grupo canadiense de rock que fue uno de los mejores de la época y que, al disolverse, editaron la actuación de despedida (película y todo) en un triple álbum (“The last waltz”) considerado durante muchos años como la mejor grabación en directo que se había hecho jamás.


Todo el que tenía que ver con Dylan tenía de éxito, John Denver, Joan Báez, los Dire Straits a finales de los 70, , etc… Seguramente no le versionearon más a que al “Yesterday” de los Beatles, pero poco faltaría, aunque pienso que el que más versiones hizo de sus canciones, fue él mismo.
Yo que tuve ocasión de verle actuar un par de veces por estas tierras, y algunas canciones que conocía de sobra, no sabía cuál era hasta poco menos que antes del “chimpúm” final y claro  es que son muchos años actuando y pidiéndole el público determinadas canciones de siempre y el hombre se aburriría de hacerlo y se entretenía haciendo una nueva versión, a veces casi irreconocible.
Realmente, algunos intérpretes que comenzaban, cogían algo de Dylan y a triunfar, como los Byrds y Peter, Paul & Mary. Y otros ya consagrados, para que la gente viese que chulos eran se atrevían a publicar hasta un LP entero con canciones de él, como hicieron entre otros los Hollies (estupendo grupo inglés que surge a comienzos de los 60)
Todos querían cantar a dúo con él, Joni Mitchel, Van Morrison, Janis Joplin, Joan Báez, pero sobre todo, el LP más estupendo para mí de estas colaboraciones, fue el que hizo con Johnny Cash. Un LP country hasta la médula en el que destacaba la maravillosa “La chica del país del norte” que incluyó Dylan en su LP “Nashville skyline”.
Para cerrar la década nada mejor que un festival, el que se celebró en Woodstock en agosto de 1.969. Esperaban 60.000 espectadores, pero se metieron medio millón y casi otro cuarto se quedó sin entradas (según wikipedia a 18 $ los tres días –la droga y el alcohol lo ponía cada uno el suyo). Pues  aunque invitasen a la florinata de los grupos e intérpretes de entonces, que declinaron la invitación , los que allí actuaron pasaron a ser poco menos que míticos por su participación, como Richie Havens, Melanie, Incredible String Band, Tim Harding, Arlo Guthrie, Caned Heat, Country Joe & the Fish,  Jimmy Hendrix, John Sebastian (de los Lovin Spoonful), Buffy St Marie, Santana, Creedence Clearwater Revival, Grateful Dead, Mountain, Janis Joplin, Who, Sly & Family Stones, Jefferson Airplane, Joe Cocker, Ten Years After, The Band, Blood, Sweat & Tears, Crosby, Stills, Nash & Young y alguno que otro más.


La lista de intérpretes fue tan larga que he tenido que ayudarme de internet, pues la verdad es que solo recordaba media docena
Y metieron la pata por no ir, los que eran más esperados, Dylan, Beatles, Byrds, Led Zeppelin, Doors, Moody Blues, Joni Mitchel, Spirit y algún otro que se pasaron de listos, pues fue el festival que marcó una época y pasó a formar parte de la historia de la música.
De todo lo anterior, en España no tuvo una repercusión como en el resto de países, pues también surgieron muchísimos grupos españoles que eran más promocionados por la radio y la tele, además de los franceses e italianos que nos llegaban. En general había más partidarios de la música “lenta” que del rock, aunque eso si el llamado “pop”, sí que caló en nosotros, aunque no se sabe bien que estilo concreto era. Si había guitarras eléctricas, pues es pop, si es joven y canta para el público joven, pues es pop, y a mi me da que muchos se conformaban con eso (al menos era una clasificación sencilla).
Lo que quiero decir es que todos sabemos a qué nos referimos cuando hablamos de música pop, pero lo difícil, al menos para mí, es decir las características que tenía. El pop, en América, pues era lo que cantaban los Four Seasons (“Sherry”, “Let’s hang on”,…), y allí podían diferenciarlo. Sin embargo en España, pop era desde Conchita Velasco con su “La chica ye-ye”, hasta los Cheyennes o Deep Purple con sus canciones “Hard rock”, pasando por Karina, Bravos, 5 Latinos, 3 Sudamericanos, Beatles, Serrat,…., para simplificar ,en España, la música pop, era todo lo que no era flamenco y les gustaba a los jóvenes.


Por eso, si a alguno que haya leído hasta aquí, y le queden ganas de saber más sobre la música moderna, puede buscar por ahí libros (existen varios entretenidos) sobre este tema, y aunque se titule “Historia de la música pop”, que no se preocupe, que habla de todo tipo de música moderna y si me apuras, hasta del flamenco si se refiere a España.
En España continuaba la avalancha imparable de nuevos grupos, muchos de los cuales tan fugaces como sucedía en otros países, que desaparecían tras tener un solo éxito, pero que en nuestro país bastaba con que a alguno le pusieran su canción por la radio, como para deshacer el grupo y crear otro.
Además de oírse todo lo que en inglés venía, no le iba muy lejos la música francesa, Francoise Hardy, Johnny Hollyday, Silvie Vartan, Richard Anthony, Alain Barriere, Adamo, Dalida (era egipcia, con nombre italiano, pero que vivió casi siempre en Francia), Eddy Mitchel, France Gall, Antoine, Claude Francoise, Charles Aznavour, Gilbert Becaud, los Surfs (mira por donde, este es también para mí un grupo totalmente pop), Sacha Distel y otra ristra de cantantes que aquí se oían mucho. Casi todos melódicos salvo alguna excepción más rockera. Y para los intelectuales Jacques Brel, muy reconocido a todos los niveles y si acaso Enrico Macías.


Pues mucho inglés, mucho español, mucho francés y también, como no, mucho italiano. En Italia promocionaron muy bien su música gracias especialmente al Festival de San Remo. Como es lógico siempre ganaba un italiano, pero lo que muchos desconocían era que, cada canción que se interpretaba, la cantaba también un grupo o cantante extranjero, como si fuese un festival paralelo. Y grandes figuras mundiales fueron los que cantaron en ese festival, como Gene Pitney, Cliff Richard, los New Christie Minstrels (los creadores de “Verde, verde” con Barry McGuire a la cabeza).
Además cantaron en el festival los Surfs, Connie Francis, Petula Clark, Udo Jurgens, Francoise Hardy, Los Paraguayos, Roberto Carlos, Paul Anka, Sacha Distel, Louis Amstrong (sí, que no es broma y además estuvo, digo yo que improvisando, 45 minutos con una canción), France Gall, Stevie Wonder, Mary Hopkin, José Feliciano, Aquaviva, Ray Conniff, Antonio Prieto, Madona, y supongo que muchos más, pero ni consultando en internet localizo más,


Así pues, en España oíamos a Tony Dallara, Nicola Di Bari, Ornella Vanone, Gianni Morandi, Peppino de Capri, Little Tony, Mina, Pino Donaggio, Milva, Bobby Solo (el Elvis italiano), Adriano Celentano, Gigliola Cinquetti, Iva Zanichi, Al Bano, Fausto Leali, Gino Paoli, etc…
Para mi gusto, tenían más fuerza los italianos que los franceses y creo que en general triunfaron más que aquellos y creo que en Inglaterra pensaban lo mismo, pues hasta Cliff Richard hizo un LP con canciones italianas (también otro con canciones cantadas en español).
La lista de grupos e intérpretes españoles en esta época es muy extensa y, además de los que comenzaron en el anterior lustro, tuvimos el gusto de continuar oyendo los gorgoritos de los HH, los grititos de Gelu, un sólido Miguel Ríos ya con nombre españolizado (este todavía va por ahí actuando y si me apuráis mejorándose, no como otras viejas glorias de los comienzos, como Tony Ronald, que siguieron cantando las mismas canciones de siempre hasta poco antes de morir hace un par de años. Los rockeros Rocking Boys, el silbador Kurt Savoy, la eurovisiva Conchita Bautista, Massiel, Salome, etc…, los Bravos, que metieron un par de canciones en las listas inglesas (“Black is black”, aunque la leyenda dice que en el disco no tocaban ellos, sino profesionales), los Diablos Negros, Cheyennes, Botines, Camilo Sesto, Continentales, Brisk, Huracanes, Lone Star, Tonys, Pasos, Salvajes, los Tamara, y… no sigo, pues por más que ponga se me quedaran muchos en el tintero.
Uno de los más internacionales para sorpresa mía, y quizás el más invisible de todos los anteriores, fue Kut Savoy. Supongo que cantaba, pero lo que no se puede olvidar de él, es como silbaba. Empezó con su verdadero nombre Curro Savoy (actualmente algún disco suyo también se presenta como Curro) y ha participado –con su silbido- en las bandas sonoras de más de 100 películas como “La muerte tenía un precio” y “El bueno, el feo y el malo”.



Por nuestro barrio en Madrid solíamos ver a Juan Pardo, que creo vivía por allí, a Camilo Sesto, cuando estaba en su grupo Los Botines, pues se iría a Madrid desde su Alcoy natal por aquella época. Y sobre todo veíamos a Mike Kennedy, pues tonteaba con una vecina del barrio que vivía frente de mi casa (Mª Carmen, apodada “la jamona”) y que pienso que algún que otro “ramirense” venía a mi casa y, desde la ventana del rellano, la podíamos ver si salía a su balcón del sexto piso.
El mejor cantante que tuvimos fue el valenciano Nino Bravo (nació en Aielo de Malferit, a 20 minutos de mi pueblo), con una voz esplendorosa y que después de casi 40 años de su muerte aún es fácil escucharle por la radio.
Realmente, el que grababa una docena y media entre EP’s y singles, era poco menos que un consagrado y se podía sacar el jornal con la música, pues con suerte le llamaban a algún programa de televisión y con los conciertos y giras veraniegas, pues podrían mantenerse.
Los años sesenta… ¿se han muerto o continúan hasta 1.977?.
Lo del 77 es por decir algo, por acabar esta visión de la historia de la música, cuando tuvimos 30 años y que estábamos, unos poniendo pañales (de los que se lavaban), otros llevando hijos al colegio sin parar y alguno que otro con el tiempo ocupado entre misas y catequesis y claro, ya sólo se podía oír música por la noche.
Y bien entrada la noche, no creáis. Como de 1.971 al 1.975, tuve mis tres primeros hijos y eran los años en los que los bebés mamaban a sus horas (hoy, como sabréis, van a discreción, maman a toda hora). Hoy en día, que lloran, teta, que no se duerme, teta, que se ha movido, teta. Pero hace años, nada de nada, teta cada tres horas y a ver si aguanta un poco más por la noche.
Pues eso, que si teta a las 2 de la mañana, o a la una y cuando casi te dormías, el otro te pedía agua o pis, total que fueron 6 o 7 años de no dormir de tirón y para entretenerme mientras mamaban, nada más que se me ocurre poner el transistor y mira por donde, a esto de la una de la madrugada, Fernando Argenta hacía un programa sobre la Historia de la Música Pop desde sus comienzos (creo que era los sábados en Radio 3 nacional de España).
Cada programa duraba un par de horas e iba analizando y poniendo música año a año. Empezaba poniendo todos los nº 1 de Estados Unidos e Inglaterra del año en cuestión. Seguía con las canciones que consiguieron Disco de Oro ese año (casi todas americanas, que el mercado era más potente dada su población), luego empezaba con lo que se oía en España ese mismo año. Total, que cada año le duraba no menos de 4 0 5 programas y a continuar con el siguiente.
Yo me enganché cuando iba a finales de las canciones de 1.955 y le seguí, a falta de muy pocos programas, hasta que cambiaron la hora de emisión (creo que lo dejaron para las 3 de la madrugada) y estaba con las canciones de 1.970/71.
Grababa el programa y después de seleccionar y eliminar las canciones repetidas, llegue a reunir unas 200 cintas de 1 hora, que ahora estoy pasando a CD. Si hasta me compre cintas de 2 horas para grabar el programa y para que no estuviese gastando luz el transistor me construí un artilugio con una pieza de un programador de lavadora, (no había programadores, o al menos no lo encontré) que le cortaba la luz al aparto cuando subía la tecla del stop al acabar la cinta. ¡Menuda colección de canciones llegué a reunir!
Los comienzos de los 70 ya fueron los años en que los americanos empezaron a recuperar su poderío frente a los ingleses y se encargaron de ello grupos como Simon & Garfunkel, Carpenters (dos hermanos, muriendo joven Karin, de voz deliciosa, por anorexia), Three Dog Nights (que se lanzan con una canción de Nilsson –“One-), Jackson Five, Creedence Clearwater, Melanie, James Taylor, Carole King (así supimos quién era esa “Carol” a la que cantaba 10 años antes Neil Sedaka), Neil Young, etc…



Los ingleses pienso que perdieron bastante terreno, aunque aún quedaban muchos grupos que años antes se infiltraron en las listas americanas, pero la desaparición de los Beatles hizo que poco a poco todos ellos fuesen desapareciendo. No fue suficiente que Paul McCartney y Lennon continuasen en la brecha, ni que Van Morrison entrase con fuerza (aunque ya llevase años en la música), pues los americanos se aprendieron la lección y no estaban dispuestos a perder sus cotas de mercado. Ni los nuevos intérpretes procedentes de Europa como Fortunes, Matthews Southern Comfort, Cat Stevens, en su mejor etapa, T.Rex, Abba, Queen,  etc.. podían parar el empuje de los americanos, que eran los que copaban las listas de éxitos. Y otros grupos ingleses que fueron más populares por sus escándalos que por sus canciones, como los Sex Pistols, máximos representantes del movimiento “punk”.
Sí que se observa un cambio de tendencias musicales, pues empezaba Michael Jackson que se convirtió en años posteriores en el cantante que más vendía en todo el mundo y por otro lado, en Inglaterra (aunque ellos eran australianos), los Bee Gees empiezan a cantar y a ser los reyes de lo que se denominó “música disco”, que durante años nos castigó el oído a todos los aficionados.
Y yo que me creía que ya se me había pasado mi etapa de importador, resulta que descubro al principio de la década a la Nitty Gritty Dirt Band, dedicados al “country rock”, otro estilo que nos tocó ver nacer y , se me caía la baba cuando reúnen a todas las viejas glorias vivas del country (salvo a Bill Monroe, que no se dignaba a cantar junto a melenudos eléctricos) como Jimmy Martin, Roy Acuff, Norman Blake, Earl Scruggs, Maybelle Carter, Doc Watson y unos cuantos más realizando, para mí, el mejor disco de country que conozco, que era un triple álbum llamado “Will the circle be unbroken”. Mira si fue tuvo repercusión este disco, que pasados más de 10 años, volvieron a reunir de nuevo a los grandes intérpretes de la música country y volvieron a grabar otro doble álbum y como eso seguía dando de si, pues dejando pasar un tiempo prudencial, otros dos álbumes que sacan al mercado con la misma fórmulas de recuperar a las grandes figuras de este género musical.. Pues nada, una vez metido de nuevo en la importación, pues también empecé a buscar la discografía de Lindisfarne, otro de mis grupos preferidos


Como los ingleses veían que cada vez les quedaba menos terreno en las listas americanas, potenciaron la música folk basada en sus raíces con grupos como Steeleye Span (otro para importar la colección), que subieron en dos ocasiones a los primeros puestos de las listas con la misma canción cuando la reeditaron. Canción que recomiendo escuchar que se llama “Gaudette”, que es un villancico cantado en latín del año mil quinientos y pico (especial para nuestros compañeros sacerdotes que seguro no la conocen). También se establecen los Fairport Convention, este y el anterior, son grupos que fueron verdaderas escuelas para cualquier músico que se dedicara a este estilo musical, proliferando allí muchos grupos de gran talla como Magna Carta, Clannad, Incredible String Band, Chieftains (de reconocida calidad en todo el mundo), Amazing Blondel, Pentangle (grupo que hacía un folk muy duro de captar), Richard Thompson, y una larga lista de grupos e intérpretes, que aunque no se comieron un rosco en América llegaron a consolidar un estilo musical que todavía se encuentra en vigor. Eran grupos que prácticamente no editaban singles ni EP’s (poco menos que desaparecidos en esta época), tan sólo LP’s y sin prácticamente reflejándose en listas de popularidad, era como volver a los tiempos de la canción protesta.


Cabe destacar por su gran valía a Mike Oldfield, el cual se lo guisaba y se lo comía, pues además de componer lo que interpretaba, en sus grabaciones tocaba él todos los instrumentos (hasta 20 tocó en su “Tubular bells”). Empezó como los anteriores, pero pronto se despegó del folk y se dedicó al “rock sinfónico” que comenzaron los Strawbs y luego se dedicaron a lo mismo Emerson, Lake & Palmer, King Crisom, Jethro Tull, Neuronium, Vangelis, Yes, Pink Floyd y muchos más que ayudaron al resurgir de la música inglesa nuevamente.
De Vangelis decir que, tras tocar con Aphrodite’s Child el “Rain & tares” (cantaba Demis Roussos) se dedicó al LP y bandas sonoras (Carros de fuego, Blade runner, La conquista del paraíso, Opera salvaje y composiciones para obras de teatro).


En el anterior bloque, tenía que haber citado que a finales de los años sesenta tuvo mucho éxito entre la juventud una “opera-beat” sobre la cultura de los años sesenta, que se llamó “Hair” (1.967), del que salieron varias canciones que fueron muy populares pos intérpretes convencionales, no por los que interpretaron este musical y abriendo camino a otros como “Godspell” (1.971) y sobre todo a las composiciones de Andrew Lloyd Webber.
Todo esto se conoció como “ópera rock”, vamos, musicales para entendernos y en eso el rey fue, y sigue siendo, Andrew Lloyd Webber. Es el autor de “Jesucristo Superstar” y “Evita” en estos años, para luego en los 80 volver con “Cats”, “El Fantasma de la Ópera” (de lo mejorcito que puedas oír en décadas, y si no se lo preguntáis a Kurt, pues es esta obra en la que Sarah Brightman está insuperable), “Sunset Boulevard” y recientemente con “El Mago de Oz”.
En nuestro país ya habían desaparecido muchos de los grupos “fugaces” que los años anteriores estaban buscándose un hueco. Otros se quedaban sin alguno de sus miembros y entraban nuevos a formar parte de él, pero ya no era lo mismo. Es lo que sucedió a los Brincos tras separarse Juan y Junior, que vivieron también un corto noviazgo

En estos años se continuaba oyendo a alguno de los supervivientes de años anteriores, además del Dúo Dinámico, que siempre estuvo ahí. Son los años de los Canarios, Barrabas, Módulos, Diablos, Fórmula V (estos empezaron a finales de los 60), Auté, Ana Belén, Paco Ibáñez, y de nuestras mejores voces, la de Mocedades, Sergio y Estibaliz, y….. y me pierdo, porque cada vez era más mayor y al ser un poco “pijo” me dediqué más a completar mi colección de imposibles de localizar que de oír música española, así que seguí importando desde donde fuese, con más pena que gloria, pero con el tiempo y los muchos años que voy detrás de esos discos (ahora ayudado por el Emule), pues de algunos de los intérpretes que me gustan he llegado a reunir una buena colección.
Y como a partir de ahora viene lo de la canción del verano y todo eso, además de que nuestros “años mozos” se habían terminado y el que más y el que menos éramos señores serios con corbata y todo y ya no estaba tan bien visto hablar de lo bueno que era tal cantante o grupo, pues acabo esto. Tan sólo me queda releerlo y ver las barbaridades que he puesto, pero bueno, al fin después de dos o tres días escribiendo y otros tantos poniendo las estampas, pues doy por finalizado el reportaje.


Y para acabar, releí lo escrito y menudo “cacao” he montado. Para que saliesen los comentarios de las imágenes en la misma hoja los cambiaba un poco de lugar y así poco a poco fui descolocando todo el documento de forma que ya ni me aclaro donde debieran ir las imágenes realmente, alguna lo mismo va repetida, en fin, que buena voluntad no me ha faltado, pero entre mis errores por recuerdos confusos y las ganas de acabar de escribir esto, no lo repaso más y que sea lo que dios quiera, y eso si, perdonar por el rollo.
Lo que si es cierto es que me olvide de muchos, entre otros todos los que indico a continuación:
Españoles olvidados en el escrito.
Imperdonables han sido los casos de Raphael (¿o me traicionó el subconsciente?) y Julio Iglesias, por lo que han significado en nuestra música. Y tampoco cité creo que a Los Gritos, Iberos, Z-66, Javaloyas, Juan & Junior, Los Mismos, Los Payos, Rudy Ventura, Almas Humildes, Labordeta, Lluis Llach, Guillermina Mota, Nuestro Pequeño Mundo, Janette, Mari Trini, Maria Ostiz, Los Pecos, José Luis Perales, bueno y más que me callo.
Bueno tampoco fue tan grave olvidarme de ellos, tan solo los dos primeros.
Extranjeros que también se quedaron en el tintero.
Aquí sí que la metí bien metida, pues son olvidos muchos de ellos que ni siquiera puedo explicarme.
Al repasar un listado de gente y ver tanto olvido, me avergüenzo. Yo creo que la causa puede ser el que suelen ser intérpretes que escucho con frecuencia y me da la sensación de que el tiempo no ha pasado y los miro como si fueran poco menos que actuales como si fuesen de hace unos pocos años, si darme cuenta de que son de hace unas cuantas décadas. Es lo que pasa por intentar escribir “de memoria” y sin un guión o algo que hubiese encauzado el escrito.


Como pecado mortal me acuso de no haber citado a Dionne Warwick, que cantaba mejor que nadie las canciones de Burt Bacharach y nos acompañó incluso en nuestros guateques. Otro olvido imperdonable fue en no citar a Sonny & Cher, Walker Brothers (y encima me gustan). Chicago, mira que olvidárseme Chicago, si está tan claro que son un grupo bueno y que me gusta. Pues nada también se quedó en el tintero David Bowie, que representaba al “glam-rock” un género en el que salir con pinta de “amariconao” ya era un punto a favor, Deep Purple, Led Zeppelin, Rod Stewart, Bruce Springteen, Supertramp.
Pues si con los anteriores fue pecado mortal olvidarme de ellos, me merezco la hoguera por no citar a Elton John, uno de los grandes de la música. Y no os digo nada de lo que puede pasar, como se entere mi mujer de que tampoco dediqué un párrafo a Neil Diamond, después de que tenemos casi toda su discografía, porque nos gusta (sobre todo sus primeros LP’s). Si me vierais ahora, comprobaríais que también estoy eternamente arrepentido de no haber puesto nada a Bob Marley, pues encima, junto con los otros dos pecados supermortales, es de los que oigo con suma frecuencia. Y si por si acaso me libro de la hoguera por estos fallos, me podéis decapitar por dejar de lado a los Stealers Wheel, otro grupo del que llevo canciones suyas en el móvil.


Entre otros pecados, pero veniales, me olvidé de Al Kooper, Alan Parsons, Amen Corner, America, Association, Badfinger, Barry Manilow, Booker T & MG’s, Bread, Carly Simon, Cilla Black, Cream, Dave Dee & Co, Doobie Brothers, ELO, Engelbert Humperdinck, Eric Clapton, Fleetwood Mac, Genesis, Frank Zappa, Ike & Tina Turner, Iron Butterfly (los que nos castigaron no se cuantos minutos con el “In a gadda da vida”), Isaac Hayes, Jackson Browne, James Brown, Jay & the Americans, Jefferson Airplane, John Mayal, Julie Driscoll, Leonard Cohen, Love, Lulu, Moby Grape, Nina Simone, Poco, Pretty Things, Renaissance, Roberta Flack, Scott McKenzie, Shirley Bassey, Small Faces, Status Quo, Traffic, Tremeloes,, Wayne Fontana, etc.., etc…



Visto el resultado de gente olvidada tras mirar el índice de un libro que tengo sobre música, voy a guardar los otros dos libros que pensaba consultar, pues encima son más gordos que el utilizado en este barrido y me puedo desmoralizar ver tanto fallo y eso no es bueno a nuestra edad.
Muchos de los discos cuyas carátulas he puesto, los tengo en mi colección, bien en single, EP o LP, pero la mayoría de lo citado, lo tengo en formato “mp3”, por lo que he buscado en internet las fotos de las portadas y he disfrutado recordando tantos discos que de una u otra forma pasaron por mis manos. Ha sido verdaderamente entrañable.

2 comentarios:

  1. Mucha información excelente para refrescar mi memoria del Ramiro y mi memoria musical de aquellos años. Algo he comenzado ya a recordar (con peor fortuna en lo que a memoria se refiere) Puedes asomarte a:https://perosiempresigueenpie.wordpress.com/tag/adolescencia/ Un abrazo y enhorabuena por tu y vuestro trabajo

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  2. No mencionaste a Hilario Camacho que era muy bueno o a Pablo Guerrero, Paco Ibáñez etc y la nueva trova cubana también. Quizás no los vi al leer rápido el artículo, perdón por si acaso.

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