Nuestras entrañables marchas militares, por Manolo Rincón


En el último evento, Paco Acosta me preguntaba por las marchas que nos ponían por megafonía para indicarnos que el recreo había finalizado y cuáles eran sus nombres.

Esto me hizo pensar, que no habíamos dedicado un pequeño capítulo a este tema. Y me puse a rebuscar en mis neuronas y luego a verificar si los títulos recordados, correspondían a lo que escuchamos tantas veces.

Este “trabajillo”, complementa al de Paco en este sentido.

Para mi hubo dos capítulos en las marchas patrióticas, tan de moda en aquella época.

Primero en la Prepa, el inefable Sr. Moneo, nos reunía una vez por semana y nos contaba “batallitas”, donde los malos eran siempre aquellos “rojos” desalmados, anti clericales y malnacidos, y los buenos, simpáticos y nobles, pues ya sabemos quiénes eran.

Pero el último cuarto de hora lo dedicaba al canto.

Yo aprendí allí, aparte de “Montañas nevadas”, la más repetida sin duda, “Yo tenía un camarada” y “San Fernando” y aprendí a saber que íbamos por rutas imperiales, caminando hacia Dios, o a pedir la protección a San Fernando (patrón de la juventud), para ganar la batalla final.

No entendía mucho aquello, pero a base de repetir, se me quedó en el cerebro hasta el día de hoy.

En el Instituto Paco Giraldo no hacía cantar nada, solo nos obligaba a repetir de memoria aquel horrible catecismo nacional-sindicalista. Pero el recreo era amenizado por megafonía.

Existían 2 altavoces en la fachada principal del instituto para difundir música y mensajes.

En el vestíbulo había un hueco con un “pick-up” y un amplificador, que manejaban ante mi envidia unos alumnos de sexto.

Durante el recreo, nos amenizaban de vez en cuando con música clásica. El Cascanueces debía ser uno de los pocos discos que tenían pues lo ponían de forma reiterativa.

Pero para entrar después del recreo, la marcha militar se imponía.

La más oída la de San Marcial.

Os dejo aquí su enlace y la reconoceréis de inmediato, pues la oímos cientos de veces:


Terminada la marcha, D. Antonio por micrófono organizaba la entrada a las aulas.

También a veces se ponía otra marcha, bajo la doble águila que os dejo aquí.


También oíamos en otras ocasiones  “Los voluntarios” que os dejo a continuación:


Supongo que estaban en el mismo disco, que yo llegué a comprar para oír en mi casa, un poco de masoquismo.

Espero que disfrutéis con recordando aquellos recreos y agradezco a Paco que me haya hecho rebuscar estos viejos recuerdos en mis neuronas, de las marchas que nos machacaron tantas veces los tímpanos.

10 comentarios:

  1. La única que recuerdo es 'Yo tenía un camarada'. Con los años llegué a saber que, a diferencia de las demás, en su origen no era una cancioncilla fascista, inspirada por mentes aviesas y enemigas de la buena poesía. La letra original, en alemán, nació en 1809; ya veis, tiene más de dos siglos. La parió un joven poeta prusiano que llevaba muy mal la derrota de su país ante la Francia de Bonaparte y que había perdido unos cuantos amigos en Friedland. En la guerra de liberación de 1813-1815 las tropas prusianas se aficionaron a ella (respaldándola con un 'aire' popular de la época); está documentado que los 'jägers' del Freikorps Lützow la entonaban cuando enterraban a sus muertos tras Ligny y Waterloo. En 1825 un músico de algún renombre, Friedrich Silcher, convirtió el 'aire' en partitura para banda militar, y así ha llegado a nuestros días. La obra pasó de ser una cancioncilla funeraria prusiana, sin mayores pretensiones, a un 'aire' militar sumamente internacionalizado (hay versiones en inglés, francés, español, italiano, holandés, finés y ruso, entre otras), y mal que bien se las apañó para resistir incluso a las hordas nazis cuando el Dr Göbels se apoderó de ella (y de muchas otras más). En español existen dos versiones (además de una chilena que da espanto y que a Pinochet le gustaba mucho), las dos procedentes de nuestra última guerra civil. Una se la trajeron los chicos de la Legión Cóndor, y algún poeta falangista engendró una letra en castellano por la que Dios, si existe, espero que no le haya perdonado; ésta es la muy horrenda que nos hacían cantar en el Ramiro. La otra, también en alemán, se la trajeron las Brigadas Internacionales. La letra en español no es una traducción de la original, sino un poema bastante cursi en honor de un brigadista prusiano llamado Hans Beimler, que cayó en la batalla del Ebro y que está enterrado en Montjuic. Sin valer gran cosa por lo menos no despide el tufillo facha de la otra. Si tenéis interés en buscarla no lo hagáis por 'Yo tenía un camarada', sino por 'Camarada Hans Beimler'. El esfuercillo de encontrarla quizá os merezca la pena.

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  2. Gracias Manolo. Uno que es duro de oído, y anda escaso de esas conexiones neuronales que le llevan a recuperar lo almacenado en los más profundos "archivos del cerebro", no habría recordado que estas conocidas marchas (sobre todo la primera y la última)eran las que nos ponían en el Ramiro (o si formaban parte de ese otro tiempo en que, años después, también desfilábamos....).

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    1. Hay alguna más paco, pero por no extenderme no las he puesto.

      Manolo

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    2. Querido Alfonso

      Que erudición demuestras.

      De "yo tenía un camarada", conocía la versión alemana, pero siempre ceí que era NAZI su origen y aquí se había adaptado, no sabía que fuese tan antigua.

      Recuerdo que me daba pena la canción, pues evidentemente era a un muerto:

      Yo tenía un camarada
      De entre todos el mejor
      Siempre juntos caminábamos
      Al redoble del tambor

      Bueno era la alternativa a Montañas Nevadas

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    3. Manolo, espero que no sea una siempre vituperable erudición. A mi entender, sólo es un subproducto de un largo esfuerzo de investigación, el de 'Álava', sin más ánimo que decir las menos inexactitudes posibles a lo largo de un relato muy denso y muy largo. La escena de los soldados de negro cantando en 1815 lo mismo que otros tipos de negro desfilando por Nürnberg en 1934 se me hizo muy significativa. Eso era lo que deseaba compartir con vosotros, nada más.

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  3. Pues yo creo -y seguro que estaréis pensando eso de cómo no, tenía que ser el Kurt quien lo sacara- que nos dejamos en el tintero una marcha universal: Lilí Marlen.

    Remedando un poco a Alfonso, la canción tiene su aquél y su historia. Mucha gente la asimila a los nazis, pero no; incluso la prohibieron en un principio. La historia, en pocas palabras:

    La letra: basada en un poema de Hans Leip, en plena primera guerra mundial, 1915: 'La canción de un joven soldado de guardia', autobiográfica, pues trata de las despedidas de su novia cuando debía volver al cuartel. La música, de Norbert Schulze, 1937, que la tituló 'La chica bajo la farola'.
    La cancioncilla fue pasando sin pena ni gloria hasta que le gustó a un sargento alemán, que después fue destinado al Afrika Korps, poniéndola en un gramófono con frecuencia. Llego a los oídos –nunca mejor dicho- de Rommel, quien terminó tarareándola también, según iba a su tienda. Un oficial se llevó el disco a una emisora y lo dedicó precisamente al mencionado Afrika Korps. Sólo le faltó ya eso a Rommel para soltar la lagrimita, requiriendo a partir de ahí (1941) que la pusieran en las emisoras de radio todos los días como cierre de emisión; resultado, que a los soldados se les quedaba la cancioncilla pegada y tuvo gran éxito. Tanto es así y tan potente era la emisora, que llegó a los oídos de los de enfrente, de los ingleses de Montgomery, “Monty”, que ¡también la adoptaron!
    Es curioso que llegó a los oídos del siniestro ministro de propaganda alemán y segundo de Hitler, Goebbels, a quien le pareció “con gran visión” que aquella canción podría minar la moral de las tropas…¡y la prohibió!
    Los soldados le hicieron la pedorreta de rigor y la siguieron poniendo. Y los ingleses igual, llegando a forzar que se hiciese una versión inglesa en 1944, pues eso de oír a los británicos cantando en germaninglish era algo que sounds very badly.
    Antes de terminar la guerra, ya había versiones en todos los idiomas,hasta en español, que se cantó por los soldados de la División Azul.
    Y el éxito, hasta hoy, casi setenta años después. ¿Quién no recuerda a Marlene Dietrich?

    Y volviendo a los orígenes, la verdad es que en realidad era una canción de amor y no por el recuerdo de una putilla barata bajo una farola, como muchos habrán pensado erróneamente.

    Me llaman la atención las últimas estrofas, que voy a poner y traducir aquí:

    Aus dem stillen Raume,
    Aus der Erde Grund
    Hebt mich wie im Traume
    Dein verliebter Mund
    Wenn sich die späten Nebel drehn
    Werd' ich bei der Laterne steh'n
    Wie einst Lili Marleen.

    O sea:
    Desde el silencio del entorno (supongo que antes de una batalla)
    Desde las entrañas de la tierra
    Me mantienen (vivo) como en un sueño
    tus enamorados labios
    Cuando la niebla vespertina se arremoline
    yo volveré a estar en la farola
    Igual que antes, Lili Marleen.

    ¿Qué quiere decir? Pues que lo único que mantiene motivado al soldado durante el miedo que antecede a la batalla es el recuerdo de su amada.
    En mi opinión, ése es el secreto del éxito de Lilí Marlen. Y la música, claro…

    Hala, a cantarla; no passa nada, que no es nazi….

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    1. ¿Seguro que por entonces y en el Ramiro cantábamos Lili Marleen? Si es así, se me ha borrado por completo del magín-caletre.

      Además de la versión de Marlene Dietrich hubo otra de 1956, esas exculpatorias de la UFA que se filmaban como churros en los 50's, a menudo en coproducción con España, donde Marianne Hold, una prusiana guapísima, hacía de Lili, y Adrian Hoven, un armario austriaco, de soldado entristecido. Curiosamente, el mismo armario hizo 25 años después de padre del correspondiente armario en otra Lili Marleen, ésta de Werner Fassbinder, donde Lili era una Hanna Schygulla de treinta y tantos tacos que ni de lejos daba el papel de virgen ingenua e inocente a punto de ser corrompida por los nazis malísimos.

      Por si algo le faltaba a la pobre Lili Marleen, era la favorita de Pinochet, al punto que nada más regresar de Londres, donde se había pasado año y pico de turismo very VIP por cortesía del llorado juez Garzón (yo le lloro, al menos; falta nos harían unos cuantos como él en estos felices tiempos de sobres y urdangarines), nada más bajarse del avión y tras pegarle una patada a la silla de ruedas (se levantó y 'andó': ¡milagro, milagro!), revistó al compás de Lili Marleen el regimiento que habían formado en su honor. Desde entonces, debo reconocerlo, Lili Marleen me gusta mucho menos.

      Alfonso el Cándido

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    2. Charlot llevaba un bigote a lo Hitler y me sigue gustando sus películas...

      Por eso quiero desmitificar a "Lili Marleen" como símbolo nazi; en todo caso, lo sería del soldado universal.

      No he dicho que en el Ramiro cantásemos esta canción, pero me parece recordar que la comencé a cantar en una excursión del campamento y algunos me siguieron. Luego ya no me atreví, no vaya a ser que le confundan a uno... Pero su melodía es capaz de erizar el vello. Pocas marchas lo consiguen.

      Por cierto, hablando de erizar, una que re-comienza a tener éxito es ésa de "banderita española..." tralará tralará. ¿Por qué será?

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  4. Yo os aporto un pequeño comentario, nacido del recuerdo de lo que habeis escrito todos.
    Se trata del pequeño cuarto, un armario casi, donde se encontraba la emisora. Ésta se componía del tocadiscos que refiere Manolo, junto a un pequeño amplificador de rectificadores de onda de lámparas, nada de transistores en esa época, y los altavoces fuera en el patio de Claudio (también conocido por el Claudillo).
    La emisora tenía encima un pequeño cartel que rezaba: RADIO SAN CRÍSPULO.
    Lo recordais???

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  5. Claro que recuerdo S. Críspulo. Ya lo he comentado varias veces que me intrigaba mucho. El equipo en el armario cutre tenía un amplificador malucho, creo que philips (no estoy seguro) de 100W, con tomas para los altavoces exteriores, micro y toca-discos. Este era philips seguro, pues lo vi varias veces. El color de ambos equipos era marrón.Solo tenía 2 velocidades el pickup: 33 rpm y 45 rpm. Yo tenía discos de 78 rpm y no servían. Eran compañeros de 6º los que manejaban tan sofisticado equipamiento.

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