Isla de Madeira.-
Funchal.- Agosto de 2005.
En el castillo-fortaleza do Pico.- Al atardecer, poco antes de
celebrarse allí una boda.- No había nadie visitando el castillo en aquél
momento; nos habíamos colado sin darnos cuenta en los preparativos de la misma.
De repente, con un sonido perfectamente ecualizado a través de
varios altavoces dispuestos estratégicamente en el patio del castillo, resuena
con fuerza los comienzos de una canción: Harem.
Sonaba a extrañamente
exótico, muy sensual, como una danza de los siete velos. Te transportaba, y en
aquél lugar, con las mesas ya puestas para una celebración y sin estar presente
todavía ningún invitado (estarían probando el sonido), daba la impresión de
estar en otro mundo.
Nos sentamos en una de las mesas y escuchamos embelesados. ¡Qué
bárbaro! ¡Qué voz! ¿Quién sería aquella soprano tan magnífica? Y los arreglos,
geniales, perfectos…
Y cuando terminó, dio comienzo una segunda:
Aquello me sonaba. Tras unos acordes musicales etéreos,
comenzaba contando Sarah con voz misteriosa que de repente se convertía en
fascinación: … ¡what a wonderful world! ¿No era una canción de Louis Armstrong?
Y esta melodía resonaba
extrañamente en el castillo, llenándolo de flores imaginarias… ahora nos
sentíamos como sentados en un exótico jardín y mirando al futuro con optimismo
(claro, en el 2005 no había crisis)
Y después empezó otra muy distinta:
Empezaba tras un silencio con una sentencia: un
bel giorno per morire… y después la voz de ángel soprano de Sarah… ¡qué
sorpresa! Aquello me sonaba mucho… ¿Puccini? ¡Síii! ¡Pero si es madame Butterfly! La canción es It´s a beatiful day. Seguíamos sintiéndonos transportados, ahora a
un momento dramático… parecía el grito ahogado desgarrador de angustia en el
momento anterior de un duelo a muerte, sabiendo que no hay remedio…(creo que la
canción se usó en una película para un duelo, no recuerdo cuál…)
Nos dejó un sabor de
angustia, tras el optimismo de la anterior.
La verdad es que
seguíamos embelesados: el castillo, solos, esas canciones con un sonido
perfecto…
Y de repente el climax:
Una voz susurrante
lejana nos llevaba como sobre una ola marina, dulcemente, acompañado de bongos,
entre jardines exóticos… You take my
breath away
Los bongos resonaban con fuerza en las paredes, la voz lejana
de acompañamiento rebotaba, la danza nos envolvía, sentía los siete velos
pasando por mi cara, no me dejaba ver… me rodeaban huríes por todas partes,
podía ver sus caderas, sus pechos oscilantes con el ritmo… uaaaah
Era todo perfecto: la
voz, el acompañamiento, las canciones…
Nos quedamos un buen
rato todavía por allí, no siendo capaces de levantarnos.
Fuimos después a buscar a los responsables del sonido y les
preguntamos tratando de hacernos entender en un mal-español-portugués y que nos
dijera o dejara el disco o CD que estaban poniendo. ¿Quién era la dueña de esa
maravillosa voz? Tomamos buena nota y mi
hijo la bajó de internet a la vuelta de vacaciones.
Era HAREM. Era Sarah Brightman
Y ahora lo tengo como música de base en mi coche cuando me
quiero dejar llevar y relajarme… y soñar.
Gracias,
Sarah; eres un encanto.
Ya sabes que te llevo siempre conmigo
Pues si todavía no lo habéis hecho, ¡PONED LOS CÓDIGOS
ANTERIORES EN EL EXPLORER, CONECTAD LOS ALTAVOCES EN ESTÉREO, BAJAD LA INTENSIDAD DE LA LUZ,
SUBID EL SONIDO HASTA QUE RESTALLE EN EL ENTORNO, COGED A LA MUJER QUE OS PONE
Y DEJAOS LLEVAR…!
¡Éxito asegurado!
Es que el aria "un bel di vedremo" la canta Madame Butterfly antes de hacerse el harakiri. El americano Pinkerton al que amó, regresa con su esposa americana y se va a llevar al hijo de ambos. Puccini os ha sabido transmitir lo que quería expresar con su música.
ResponderEliminarCerdán
Kurt, el primer corte está bloqueado, parece que por algún problema de marketing rigths.
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